Las compañías de videojuegos finalmente han encontrado una razón para unirse: la oposición a las tarifas propuestas por parte de la administración del presidente de los Estados Unidos Donald Trump.
Las tres compañías dicen que los aranceles sobre productos importados de China causarán un “daño desproporcionado” a las empresas y los consumidores en los Estados Unidos. Se espera que las tarifas aumenten en un 25%, lo que les costará a los consumidores estadounidenses $840 millones de dólares adicionales, según la carta. Ese aumento “probablemente pondrá una nueva consola de videojuegos fuera del alcance de muchas familias estadounidenses que esperamos estén en el mercado para una consola en esta temporada de vacaciones“.
Ya hemos visto que las tarifas de Trump afectan al mercado de hardware de PC, y los fabricantes de consolas argumentan que los efectos en la industria del juego serían aún mayores aquí. “Más del 96% de las consolas de videojuegos importadas a los Estados Unidos se fabricaron en China“, y “causaría una interrupción significativa en la cadena de suministro para trasladar el aprovisionamiento completamente a los Estados Unidos o a un tercer país, y aumentaría los costos, incluso más allá del costo de las tarifas propuestas – en productos que ya se fabrican en condiciones de margen estricto “.
Si el costo de las consolas aumenta lo suficiente como para reducir las ventas de consolas, “el daño a los miles de desarrolladores de juegos y accesorios con sede en los EE. UU. Que dependen de las ventas de consolas para generar demanda de sus productos sería igualmente profundo“.
Todavía no está completamente claro si y cuándo entrará en vigor la nueva ronda de tarifas. Las conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China están actualmente en curso, y ayer Bloomberg informó que las nuevas tarifas podrían suspenderse si entraran en vigencia en la cumbre del Grupo de los 20 que se celebrará en Osaka, Japón, este fin de semana. Gracias a Kotaku por la información.
